Juan Figallo: "No me quiero ir"

El aeropuerto El Plumerillo de Mendoza respiraba rugby. Los Pumas y los Springboks compartían la sala de embarque, esperando los dos aviones que los trasladarían -separados- hacía Buenos Aires. Si bien había rastros de la batalla -ojo en compota de Esterhuizen, algodón en la nariz de Lavanini-, cuando se cruzaban era todo buena onda, como la charla de Ledesma con Mtawarira. Estaban todos uniformados, menos uno.

El Chipi Figallo vestía de “civil” porque quedaba fuera del plantel ya que ayer mismo, a las 18, salió el vuelo desde Ezeiza que lo trasladó a Inglaterra. Pilar del Saracens, tuvo que volver al club que representa mientras sus compañeros de la Selección seguirán de gira. El salteño, mientras iba y venía porque hasta lo llamaron por los parlantes para solucionar un tema administrativo, decía: “No me quiero ir”.

“Y... no. No tengo ganas de irme. Pero es complicado porque ya lo tenía firmado con el club, es así, duro, difícil”, afirmaba el barbudo de 30 años.

El primera línea regresó a la cancha el 18 de agosto pasado, en la caída por el debut del Championship en Durban. Después jugó en el 32-19 del sábado en Mendoza. Así disfrutó el regreso: “Volver a vestir la celeste y blanca, el partido en Sudáfrica, jugar acá, el Himno, la gente, el cariño de todos, es impresionante y emotivo”.

Figallo tuvo que hacer un curso intensivo de adaptación al sistema de Ledesma. “Aprender las jugadas, los cantos, la entrada en calor; tuve mil charlas con los entrenadores, de ataque, defensa, patadas... mil. Aparte, a mí no me gusta estar perdido. Fueron dos semanas inolvidables, espero que esto siga”, deseó.

Justamente ese deseo dio pie a la pregunta: ¿seguís en Los Pumas o no? Justo el seleccionado jugará el 6 de octubre en Salta ante los Wallabies. Chipi junta las manos, mirá al cielo en acción de rezar, y responde: “Pidámosle al de arriba que pueda volver”. Y argumenta: “El tema es que el otro pilar de Saracens es sudafricano, y entonces quizá le toca irse a él. Hay varias cositas, se tienen que alinear los planetas. Pero te juro que tengo cero ganas de irme”.

En el 2019 se disputará el Mundial de Japón. El salteño era fija para el 2015, pero una lesión lo sacó. Por lesión de Tetaz, viajó para la semi vs Australia y luego entró contra los sudafricanos. Pero se quedó con las ganas. “No fue mi Mundial, fue ir a sumar a último momento. ¿Quién no sueña con un Mundial? Pero vamos por partes, hoy me tocó estar acá, espero volver y que sea prontito”, sigue pidiendo.

Olé le preguntó...
-¿Alguna vez pensaste que por esto de las reglas no ibas a poder jugar más en Los Pumas?
-Nunca, hermano, nunca. Nada. Siempre, siempre, siempre lo estaba pensando, sabía que era un quilombo, que era todo complicado, pero la celeste y blanca no la dejo por nada.

Un beso a la tierra cuando entra, la mirada al cielo para el viejo “que me apoya desde arriba”, salida de la cancha agradeciendo “al de arriba porque me sacó bien”. Todo eso volvió a vivir Figallo, que no quiere que la del sábado haya sido su última vez.

*Crédito:  Sergio Stuart para Ole.

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