Vuelven los jugadores "prohibidos" de Europa y los Pumas sonríen rumbo al Mundial

La decisión ya está tomada. Los jugadores argentinos que actúan en el exterior podrán volver a ser Pumas. Esto ocurrirá no más allá del próximo Rugby Championship, aunque bien podría precipitarse tan pronto como en los próximos compromisos del seleccionado, los test matches ante Gales y Escocia en junio. Resta todavía pulir detalles, unos cruciales sobre cómo se producirá la reapertura, que sería restricta a un puñado de jugadores, y otros accesorios, como la formalización por parte del flamante Consejo Directivo de la Unión Argentina de Rugby (UAR), que se da por descontada dado el consenso general que reina al respecto.

"Es una de las medidas que voy a impulsar en mi gestión", confirmó el sanjuanino Marcelo Rodríguez , que hoy será electo presidente de la UAR al frente de una lista única. "Es algo que luego tendrá que discutirse y aprobarse a través del Consejo, pero tengo la firme convicción de que en los Pumas tienen que jugar los mejores".

José Santamarina, manager de los Pumas, nexo entre los jugadores, el cuerpo técnico y los dirigentes, confirmó que tienen "reuniones pendientes" para cuando asuman las nuevas autoridades. "La necesidad deportiva hace evidente que algo hay que hacer", aceptó.

A partir del ingreso de la Argentina en el Súper Rugby en 2016, la UAR adoptó como política que los jugadores que no formaran parte de los Jaguares u otra franquicia del hemisferio sur no pudieran vestir la camiseta de los Pumas. La medida perseguía un doble propósito: tener un equipo competitivo en la NBA del rugby y fortalecer al seleccionado con un plantel estable, jugadores con un estilo de juego y un calendario afines durante toda la temporada.

Transcurridos dos años y fracción, nada de esto ocurrió. En el corto plazo al menos, la restricción resultó contraproducente. La adaptación al Súper Rugby fue más compleja de lo esperado y terminó perjudicando a los Pumas, que desde entonces ganaron 9 de los 25 partidos que disputaron (24% de efectividad). También hay condicionantes económicos: no es sencillo mantener un modelo hiperprofesional que se sostiene en buena parte con sponsors privados en un contexto perdedor. Como se advirtió desde un principio en estas páginas, es necesario encontrar un equilibrio.

La decisión de romper la veda, aunque a primera vista parezca evidente, no es tan sencilla. En primer lugar, una apertura irrestricta prácticamente equivaldría a firmar el certificado de defunción de los Jaguares. La UAR hizo una buena labor en mantener un plantel competitivo reteniendo a la mayoría de los jugadores, pero está claro que euro por euro no puede competir con los millones de los clubes europeos.

Volver al status quo anterior es una opción, pero no parece la más productiva. El Súper Rugby, en definitiva, es deportivamente la mejor competencia y, por ende, donde mayor desarrollo puede adquirir el jugador argentino. Entonces, ¿cómo fortalecer a los Pumas sin romper a los Jaguares?

Lo más sensato es que haya algún tipo de limitación para evitar un éxodo masivo, al menos hasta Japón 2019, donde sí se podría abrir irrestrictamente. Existen dos modelos por imitar, y en el medio muchas variantes. Uno es el modelo australiano: permitirles vestir la camiseta del seleccionado a los que actúan en el exterior solo si tienen en su haber un mínimo preestablecido de partidos internacionales (como ser, 50 caps). Otro modelo es el galés: establecer un número fijo de "extranjeros" que pueden representar al país (por caso, cinco).

"Con Hourcade lo conversamos constantemente entre nosotros, y por más vueltas que le damos, no encontramos una postura definitiva", contó Santamarina. "Creo que deberíamos sentarnos en una especie de taller entre los que están al frente de los seleccionados: Hourcade, Ledesma, Contepomi."

Por otro lado, cualquiera sea la vía que se elija, persistirán complicaciones en cada citación. Los jugadores profesionales no pueden disputar más de 30 partidos al año, según una recomendación de World Rugby, y deben tener un mes de descanso. La temporada europea finaliza justo antes de la ventana internacional de junio (en Francia, hasta se superpone), el Rugby Championship arranca en agosto, cuando los clubes están en pretemporada, y la ventana de noviembre ocurre en plena disputa de la misma. Entre liga local, Copa de Europa y tests, hay hasta 50 partidos en 12 meses.

La Regla 9 de World Rugby obliga a los clubes a liberar a los jugadores para los seleccionados en las ventanas internacionales preestablecidas (junio, noviembre y Rugby Championship). "Si vamos para adelante, vamos a valernos de todos los medios que la ley nos permita", afirmó Rodríguez.

Jugadores hartos de perder
Finalmente, una cuestión con la que tendrán que lidiar dirigencia y cuerpo técnico es con los jugadores que apostaron por quedarse en los Jaguares resignando mejores contratos en el exterior para poder jugar en los Pumas. Para Santamarina, esto no sería razón de conflicto: "Los jugadores que están acá hicieron un gran esfuerzo en haberse quedado, pero entienden que no pueden seguir perdiendo. Por lo que he hablado con los más grandes, ahí no vamos a tener inconveniente. Por el contrario. Ellos también quieren ganar. Están hartos de perder."

Hourcade, que propició este sistema desde el comienzo, ahora se favorecería con el cambio. Ya no tiene el control de Jaguares y necesita ratificar su continuidad al frente del seleccionado hasta el Mundial con resultados inmediatos.

Aunque todavía queda camino por recorrer hasta la aprobación final de la medida, ya hay algunos nombres dando vueltas. Juan Imhoff, Facundo Isa y Juan Figallo parecen números puestos. Más atrás aparecen Lucas Noguera Paz, Francisco Gómez Kodela, Ramiro Herrera y Marcelo Bosch. Dependerá de la fórmula que se utilice y de las necesidades que en cada momento tenga el seleccionado.

¿Habrá lugar para Patricio Fernández, Juan Pablo Socino, Facundo Bosch, Mariano Galarza o Benjamín Urdapilleta, por nombrar los más destacados de las ligas de Francia e Inglaterra en estos tiempos? La decisión del regreso de los europeos está tomada. El debate y todas sus implicancias recién empiezan.

Paso a paso
1| El origen de la medida
La cuestión de la veda surgió por primera vez en la nacion en noviembre de 2014, tras confirmarse el ingreso en el Súper Rugby. Después del Mundial 2015, muchos regresaron al país y otros que venían de Pampas XV prolongaron su vínculo.

2| La excepción a la regla
En noviembre de 2015, en los Pumas hubo dos jugadores que pertenecían a clubes europeos. Felipe Arregui (Edinburgh), que no llegó a ingresar, y Juan Pablo Estellés (Northampton), quien jugó dos partidos: ante Escocia e Inglaterra.

3| El principio del fin
El primer indicio del final de la restricción lo dio Carlos Araujo en octubre pasado, cuando en LA NACION declaró que para el Mundial de Japón 2019 estarían abiertas las puertas para que en los Pumas jugaran los mejores, independientemente de su procedencia.


*Crédito: Diario La Nación

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