El día después del partido de los Pumas en el JCS contra Estados Unidos












La rutina del Seleccionado es diferente el día después de un partido. La intensidad de una semana entera pensando en un objetivo quedó atrás y es momento de recuperación, descanso y recarga de energías para lo que vendrá.
Las primeras horas de la mañana encuentran el salón  "Cuchi Leguizamon" del primer piso del Hotel  Alejandro I casi vacío, la presencia de algún mozo es casi decorativa. Solo algunos miembros del staff pueden llegar a aparecer. No hay señales de los jugadores quienes seguramente empezarán a bajar de sus habitaciones pasadas las 9:30. 
El cansancio del partido pasa sus facturas, la única actividad programada es el regenerativo en pileta, pero recién está estipulado para las 11:00. 
Los jugadores van apareciendo al desayuno de manera escalonada. No hay parámetros para explicar el arribo. De a pares, por habitación van apareciendo y como característica peculiar solo se usa una mesa. El que llega se suma a la mesa que hay gente, y pese a que hay una decena disponible, el público rota en torno a la misma respetando un ritual.
En el salón contiguo la actividad empezó desde temprano. El staff de entrenadores se sienta frente al proyector y computadora mediante analiza lo que fue el partido. El analista de video aprovechó al máximo el tiempo transcurrido desde que finalizó el partido para que cada entrenador tenga editadas las secuencias que le competen para de esta forma poder hacer un mejor análisis de los aciertos y errores que tuvo el equipo en el partido.
La única actividad en conjunto es el trabajo regenerativo. Aprovechando las facilidades del hotel, y bajo las órdenes del Preparador Físico, los jugadores se relajan en la pileta con el objetivo de mejorar la recuperación después de un duro choque. Hay tiempo para bromear entre ellos y sacarse una foto para usar en las redes sociales.
El resto del día transcurre entre la sala de fisio, el lobby y las habitaciones. El caminar cansino de los jugadores es un fiel reflejo de su energía, están cansados pero de buen ánimo y saben que la semana continúa y será con suma exigencia.
Con la llegada de la noche y la cena no más tarde de las 20:30, ya empieza a ganarse un lugar en la cabeza de los jugadores lo que vendrá. Atrás queda un día distinto, sin actividades, pero que no es libre, es de descanso: una palabra clave dentro del esquema de un deportista de alto rendimiento. 

*Crédito: UAR