Ahora que el juego apareció, el desafío es trabajar la presión











El deporte de alta competencia profesional tiene un aspecto decisivo, casi tan importante como las cualidades técnicas y físicas: la mente. Los grandes campeones trabajan especialmente el aspecto mental para ganar, para no fallar en el momento decisivo, en el cual el deportista, de carne y hueso al fin, tiene que afrontar innumerables factores en los cuales la victoria no depende exclusivamente de la habilidad. Los ejemplos son también innumerables: desde Rafael Nadal hasta los All Blacks. La presión, la concentración, el saber ganar también se entrena. Ésa es la materia que les está quedando pendiente a los Pumas. La que todavía no permite, como ayer, que una muy buena actuación, superlativa durante gran parte del test, no haya concluido con una victoria histórica ante los Springboks.
En el contexto, siempre necesario a la hora del análisis, debe destacarse que antes de comenzar el Rugby Championship, a los Pumas les quedaba pendiente una materia que quedó aprobada después de las dos batallas con los sudafricanos: el juego. Si ese factor no estaba, hoy no estaríamos hablando de una victoria que se escapó por nada ante uno de los tres mejores seleccionados de rugby del mundo. Eso no puede borrarlo la derrota.
Por eso, los Pumas dieron otro paso adelante. Quebraron una veintena de veces la defensa de los Boks, los sometieron en el scrum (cuatro pelotas robadas), los desordenaron con un ataque virtuoso, les marcaron tres tries y llegaron a sacarles 12 tantos (28-16) en la curva final del partido. No cualquier equipo lo hace. Todo esto en medio de una temperatura agobiante. Había fe en el plan y se ejecutó.
Fue un test muy similar al de 2003 en Port Elizabeth, cuando Juan Martín Hernández, de fullback, hizo su aparición estelar. Aquella tarde, los periodistas sudafricanos nos miraban a los argentinos con cara de "esta vez nos ganan". Los Pumas superaban a los Boks por 25-16 en tiempo cumplido. Pero el árbitro galés Nigel Williams dio 8 minutos más y el apertura Louis Koen (del estilo de Morné Steyn) puso el 26-25 con un penal esquinado y largo. El equipo entonces dirigido por Marcelo Loffreda atacó y atacó, y, como ayer, también apoyó 3 tries. Pero perdió.
Históricamente a los Pumas les ha costado cerrar los partidos. La lista es larga. También reciente. Sucedió en los dos tests con los Springboks en Mendoza, con los Wallabies en la Gold Coast, con Escocia en Córdoba. Hay que empezar a poner énfasis en ese aspecto. Trabajar la presión. Es un lindo desafío ahora que el juego apareció, porque también se trata de una necesidad básica para el nivel donde se está compitiendo. Los otros tres rivales del seleccionado, que han ganado todo, tienen el aspecto mental en un primer orden.
Es verdad que es una lástima la posibilidad que se escapó ayer en Salta. Era el día. Será una carga ir ahora a Oceanía con dos derrotas más en la mochila. Pero si se pone en perspectiva de dónde se venía, hay motivos suficientes para ilusionarse con estos Pumas. Si se trabaja la materia pendiente, no sólo llegará pronto un triunfo, sino que se ganará seguido.
*Credito: Jorge Busico para el Diario La Nacion