LOS 3 ARBOLITOS - UNA HISTORIA PARA NO OLVIDAR



 











Transcurría el año 1991 y nos encontrábamos detrás del quincho de la vieja cancha de la "U", que en ese entonces era nuestro vestuario al aire libre, donde el único resguardo eran 3 árboles de eucalipto, hace muy poco tiempo plantados.
Tal cual Perico siempre exigía, una hora antes del encuentro debíamos estar ya cambiados y haciendo los movimientos pre-competitivos.
Nos aprestábamos a jugar un partido muy importante para todos nosotros, la final contra Gimnasia y Tiro, en primera división, y en nuestra propia cancha. Era la oportunidad de cortar con la racha contra el eterno rival.
Estábamos todos, no faltaba nadie. Pero, Perico en su cabeza de soñador, tenía algo preparado para nosotros. Nos llamó a todos. Y cuando pensábamos que iba a dar el equipo para salir a ganar, dijo a todo el grupo:
-“¡A ver! Aquellos que sean entrenadores de alguna división del Club y hayan venido a entrenar Martes y Jueves, se paran en el primer arbolito.”-
Sorprendidos todos, pero sabiendo que de la manera enérgica y segura en la que nos hablaba, se trataba de alguna nueva enseñanza, los 4 o 5 que cumplían con esos requisitos, fueron hacia el primer eucalipto.
-“Ahora...”- dijo después -“...los que hayan venido a entrenar Martes y Jueves y jugaron la fecha anterior, pasen al segundo arbolito.”-
Esta vez, el número de jugadores fue un poco más numeroso, cerca de 10 changos se formaron. Todos los que quedaron (que eran como 15 y varios de ellos siempre titulares), se miraban aun sin entender nada hasta que Perico dijo:
-“Al tercer arbolito, pasen los demás.”-
Se paró frente a los tres eucaliptos, y exclamó:
-”¡Mírense lo que son! Están a punto de jugar una final y menos de la mitad de ustedes hacen algo por su Club! Se quedan los del primer y segundo arbolito a jugar, los del tercero, vayanse y no vuelvan más! No necesitamos gente que no trabaje para la U.”-
Así fue, como apenas completando el quince inicial jugamos esa "gran final", que por supuesto perdimos. Pero ese día, los que quedamos y los que no, ganamos mucho más. Aprendimos que para ser parte de una institución como la nuestra, no basta con tener condiciones para jugar. No basta con "ser de la U", hay que también "hacer para la U".
Perico era eso. Un adelantado. Su enseñanza trascendía lo deportivo y por eso, muchos de los que estuvimos esa tarde, estamos hoy aquí.

Gentileza: Fabio "Aguja" Ramírez (Facebook Universitario RC)