ENTREVISTA PABLO PEREZ












Como a muchos, a Pablo Pérez le llegó el día en que tuvo que dejar su tierra y mudarse a otra por razones que escapaban a su voluntad. Su corazón se bancó el desarraigo estoicamente por muchos años. Hasta que un día dijo basta. Fue entonces cuando decidió pegar la vuelta a su querida Tucumán para convertirse en uno de los entrenadores del seleccionado "naranja".
"Yo nací acá, pero por razones de trabajo de mis padres tuve que irme a vivir a Salta, donde desarrollé toda mi carrera rugbística. Pero hoy me toca estar de nuevo en mi provincia, y lo voy a disfrutar con todo", expresó.
Entusiasta. Ese es calificativo que mejor viste a la relación entre Pablo y su deporte favorito. "Soy un apasionado del rugby. Me insume mucho tiempo porque me la paso leyendo libros y viendo videos sobre el tema. Para mí es un gran desafío dirigir al seleccionado porque esta es una camiseta a la que todos le quieren ganar. Y estar acá siempre fue uno de mis sueños", confiesa.
Pero no por pisado, el pasado deja de existir. La cercanía del  amistoso con Salta, combinado al que supo dirigir, necesariamente le produce sensaciones encontradas: "enfrentarlos no es lo más lindo para mí, porque allí tengo muchos amigos. Pero elegí esto y  el rugby es así. Te pone en estas encrucijadas"
De los "mayuatos" sabe, y mucho, así que le sobra autoridad para establecer un paralelismo. "Al salteño sólo le falta tener un compromiso mayor con la camiseta  porque están al nivel de las circunstancias. Desde que juegan contra los equipos tucumanos, han progresado notablemente en su nivel de juego", señaló Pérez.
Sea como sea, hoy se debe a otros colores, con un grupo humano que verdaderamente lo aprecia. De hecho, cada vez que dice algo, el saludo de alguno de sus dirigiddos interrumpe el mensaje. "Tenemos un buen equipo. Pero se debe tener en cuenta que algunos jugadores son muy jóvenes, lo que puede ser quizás nuestro principal déficit. Además, nuestra Unión es la que más sufre las convocatorias a los combinados nacionales. Entre Seven y Jaguares, se nos va un equipo completo. Pero la competitividad del rugby tucumano hace que tengamos muchas alternativas", tranquiliza luego.
Enlistado todavía en el amateurismo, el rugby nacional observa a distancia la creciente profesionalización en el resto del mundo. Pérez abraza esta tendencia. "Si queremos seguir progresando, vamos a tener que elegir el profesionalismo. Pero eso sí: lo que nunca se debe dejar es el rugby de club", advierte.
Con Los Pumas ya insertos de lleno en la elite del rugby ecuménico, el coach considera que gran parte del camino está hecho: "nos van a dejar bien parados. De por sí, el deportista argentino es especial, porque se potencia ante la adversidad. Las victorias llegarán pronto, estoy seguro". 

 *Gentileza: La Gaceta de Tucuman