Irlanda incomodó demasiado a Inglaterra en la primera parte. Tanto fue así que la visita no contó con situaciones para acercarse al ingoal contrario y vio cómo el juego se instaló en su propio campo.
El pack de forwards de los de verde hizo un trabajo impecable en las formaciones y dificultó la obtención rival, que cuando tenía la pelota tampoco podía generar demasiado ante la presión y el buen tackle que propuso el anfitrión.
El pie de Jonathan Sexton, en cuatro oportunidades, y un try de Tommy Bowe que plasmó la superioridad irlandesa le permitieron al dueño de casa adelantarse en el marcador y ponerse arriba 17-3 ante la Rosa, que sólo pudo descontar con el acierto de Toby Flood antes de irse al descanso.
Irlanda siguió con su idea en el complemento y jugó a la perfección con la desesperación de su adversario, que empezaba a preocuparse en serio y a sacar cuentas cuando Brian O'Driscoll conseguía una nueva conquista y Sexton dejaba la chapa 24-8.
Martin Johnson decidió cambiar la pareja de medios y mandó a la cancha a Danny Care y Jonny Wilkinson para ordenar, pero la llave para el único try de Inglaterra llegaría de la mano del también ingresado Steve Thompson, que interceptó una pelota en la salida de un line y tuvo la velocidad suficiente para llegar a la meta.
Con algunas situaciones más para ambos lados pero sin cambios en el marcador, Irlanda dejó pasar los minutos con tranquilidad y manteniéndose siempre a distancia.
Los ingleses, de esta forma, habían quedado a la espera del duelo entre Francia y Gales, en París, donde los visitantes debían ganar por una diferencia mayor a 26 puntos para coronarse en el Seis Naciones.
Sin embargo, los galos vencieron con autoridad y el título quedó, como no ocurría desde 2003, para la Rosa.