Pablo Gabellieri, Secretario de la UAR: El modelo sigue igual















El Secretario de la Unión Argentina asegura que la posición de parte de la URBA en contra del Plan de Alto Rendimiento no interferirá en el proceso de transformación del rugby argentino.
La carta denominada “Principios que nos unen” firmada la semana pasada por 22 clubes de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA) sacudió el espectro político del rugby nacional.
No es un tema nuevo, en todo caso estaba en una situación de “impasse”, pero un sector importante de la URBA volvió -a través del escrito- a cuestionar el proceso de transformación en el que avanza la Unión Argentina (UAR) con el Plan de Alto Rendimiento Deportivo (PladAR).
Dos cuestiones a tener en cuenta: por primera vez la UAR es conducida por dirigentes del interior y en el horizonte asoma la incorporación de Argentina al Torneo Tres Naciones.
En este contexto, se entiende la trascendencia de la posición asumida por parte de la URBA. Y ya hubo un “chivo expiatorio”: Belisario Agulla, jugador de Hindú, fue desafectado del PladAR ante la “imposibilidad de cumplir con los compromisos asumidos por la UAR”. Difícilmente Agulla vuelva a integrar los Seleccionados Nacionales.
Pablo Gabellieri, cordobés, es el secretario de la UAR. Una figura relevante en la gestión del tucumano Luis Castillo y una voz importante para fijar posición sobre la cuestión.
“Esto comienza desde que Argentina quiere entrar a una competencia regular como el Tres Naciones, pero no podemos jugar en ese nivel con la preparación que tenemos y por eso surgen los Pladares. En eso nadie estuvo en desacuerdo, como nadie estuvo en desacuerdo cuando fuimos terceros en el último Mundial. Acá tenemos una base fenomenal de infantiles, juveniles y el inicio de primera división, pero luego esos jugadores no se terminan de armar para la alta competencia. Estos jugadores que estamos preparando serán 35 a fin de año. Sobre 100 mil jugadores que tiene el país, incluidos los infantiles, son 200 jugadores entre Juveniles y Seniors, para que en cuatro o cinco años de ingresado al plan puedan competir en el rugby de elite”, arranca Gabellieri.
¿Cómo cayó la carta en el seno de la UAR?
– Desde hace rato que estamos viendo que se gestan movimientos, pero nos tomó por sorpresa la materialización de la carta, no así la opinión de esta gente. El rugby de Buenos Aires se debe un debate amplio, para que todos entiendan de qué se trata el programa. El planteo es exagerado, pero es un problema de la URBA. Los firmantes quizá representan institucionalmente pero hay que ver si dentro del club se mantiene esa voluntad. Hay que ver, también, si estas expresiones son genuinas hacia el desarrollo del rugby o si tienen un sentido político. De todos modos, no debemos inmiscuirnos en su interna.
¿Esto puede interferir en los planes de la UAR?
– En absoluto. El modelo seguirá igual. Es patético que alguien se queje porque le sacan un jugador. Los clubes deben estar orgullosos de que los jugadores jueguen en los seleccionados y además deben tener la grandeza de generar nuevos para reemplazarlos. Esto no es tenis, juegan 15. En el interior no se mira el calendario ni la fecha, cuando se convoca a alguien se lo felicita y se le desea buena suerte. En la UAR estamos convencidos del rumbo trazado y no hay ninguna chance de cambiar esto. No sólo estamos preparando jugadores, sino el entorno: capacitación técnica, análisis de videos, capacitación médica y kinesiológica. Este plan no sólo es para el alto rendimiento, sino que derrama mucho para el rugby de base. Pero hay que aclararlo, por si alguien duda: el rugby en Argentina nunca será profesional. No hay ninguna chance que en Argentina un jugador viva del rugby.
¿El caso Agulla es un caso testigo?
– Los jugadores del Plan fueron afectados a distintos compromisos, se hizo una planificación... no podíamos hacer una excepción ni podríamos haber tomado otra actitud porque sería una falta de respeto a los demás clubes y a jugadores que están en la misma situación.