CONFLICTO ENTRE LA UAR Y LA URBA











Los contrastes son elementos comunes en la historia del pueblo argentino. Se dieron y se dan en todos los ámbitos, abundan en el mundo de la política, en la sociedad y también en el deporte. Hoy el rugby nos muestra las dos caras de una misma moneda.
Por un lado se habla y se proyectan las próximas temporadas de Los Pumas a nivel internacional. Se habla del Mundial de Nueva Zelanda 2011, pero todos los cañones apuntan al Cuatro Naciones del 2012, donde el seleccionado argentino tendrá su primera experiencia con las potencias del Hemisferio Sur.
Por el otro, el rugby argentino no encuentra unidad sobre lo que desea para su futuro en el país o no la quiere aceptar. Por el lado de la Unión Argentina de Rugby (UAR) las ideas están bastantes claras: defender el Plan de Alto Rendimiento (PladAR) y a sus jugadores rentados de Los Jaguares. La contra viene por el lado de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA), la más poderosa del país en cantidad de clubes y jugadores fichados, que se opone a que jugadores profesionales y amateurs compartan un mismo campo de juego.
Días atrás la URBA hizo pública un carta en la que sienta su postura sobre la profesionalización en el rugby argentino. Algunos de los puntos más importantes de la misiva son: todo accionar de la URBA y sus clubes debe estar enfocado a defender y desarrollar el rugby formativo amateur, apoyamos la inserción en el rugby Profesional en la Alta Competencia Internacional, pero bajo un modelo separado del rugby amateur, no queremos jugadores profesionales en la cancha jugando con aficionados.
Estos son algunos de los 20 puntos que se mencionan en la carta y que respaldan 22 clubes, entre ellos CASI, Hindú, Atlético del Rosario, Banco Nación y Champagnat. Apenas se dio a conocer la carta comenzaron a llover las críticas hacia la URBA, especialmente de los máximos referentes de Los Pumas, muchos de ellos formados rugbísticamente en los clubes que firmaron la carta.
Por ejemplo, Juan Martín Hernández dijo: “Cuando leí la carta, mi primera reacción fue de impotencia. No puedo entender semejantes contradicciones cuando, seguramente, todos los clubes que firmaron esa carta, en la que no hay nombres, festejaron el éxito de Los Pumas en el Mundial 2007 y se enorgullecieron con los jugadores de sus clubes que integraban ese seleccionado”.