ARGENTINA

El Argentino fue atrapado nuevamente por Buenos Aires, y el Interior, representado por Tucumán, quedó otra vez muy cerca de alcanzar el objetivo.
Lo que ocurrió adentro de la cancha permite también otro análisis. ¿Las decisiones futuras del rugby a nivel nacional seguirán pasando casi exclusivamente por Buenos Aires o al Interior se le dará un papel más preponderante del que tuvo hasta ahora? La pregunta viene a cuento porque el 28 de este mes se realizará la asamblea en la cual se deberá presentar el proyecto definitivo de estatutos que, precisamente, tiene entre uno de sus puntos principales cómo será la asignación de los votos de aquí en más.
Antes de ingresar de lleno en el análisis conviene hacer memoria. Buena parte de las Uniones del Interior evitó ir a una elección y se encolumnó detrás de la lista única que consagró a Porfirio Carreras porque existió un compromiso para modificar el régimen que hoy permite que Buenos Aires, gracias a su cantidad de clubes, tenga prácticamente todo el poder a la hora de tomar las decisiones de todo el rugby argentino. Y ese fue uno de los tres puntos sobresalientes que se anunciaron para que trabaje la comisión mixta encargada de redactar los futuros estatutos. Para eso, además, se votó un plazo hasta el 28 de abril. Se sabía, también, que ese iba a ser el ítem más arduo de resolver, porque en los otros -relacionados fundamentalmente a lo que se refiere a las estructuras profesionales- hay pocas diferencias, y todas son salvables.
Un panorama más claro de cómo está la situación se palpará en la reunión que los presidentes de todas las Uniones tendrán dos lunes antes, el 14 de abril. Se verá si Buenos Aires puede sostener las promesas realizadas a la hora de formar un nuevo gobierno (otra vez con sus representantes ocupando los cargos más importantes: presidencia, secretaría y selecciones) o si el Interior queda nuevamente postergado en sus intenciones de tener más protagonismo.
Antes de que se llegue a una conclusión, porque de hecho aún no hay nada resuelto y la comisión mixta formada por dos integrantes de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA) y cuatro del Interior sigue en estado deliberativo, quizá convenga trazar un panorama. Está claro que los futuros estatutos de la Unión Argentina de Rugby (UAR) contemplarán la existencia de una estructura dedicada exclusivamente al profesionalismo, que se está avanzando en la posibilidad de tener un grupo importante de jugadores rentados que dependan de la entidad, que ya no se ve como un imposible la creación de una Liga Profesional y que habrá una o más empresas que comercializarán los derechos y bienes (se menciona con fuerza el regreso de SportFive). Pero todo esto será difícil llevarlo adelante si antes no existe un consenso general. O sea, si no se abre el juego en serio para todos, y no sólo para un sector.
Hay, en el medio, situaciones que no se pueden perder de vista. El jueves, cuando se decretó el paro -finalmente levantado- de Aerolíneas Argentinas, circuló la idea de que la final del Argentino podía ser postergada. ¿El Motivo? El plantel de Buenos Aires tenía que desplazarse hasta Tucumán y esa empresa es la única que vuela hacia esa provincia. No se contempló, por ejemplo, que los jugadores de San Juan tuvieron que viajar en micro 77 horas en apenas una semana: 55 hasta El Calafate y 22 hasta Corrientes. Dato al margen: enarbolando la bandera de que este es un deporte en el que se aprenden a superar las adversidades, los sanjuaninos ganaron sus dos compromisos y ahora están muy cerca de ascender a la Zona Campeonato del Argentino. Las delegaciones de Salta y Mar del Plata también tuvieron largos viajes en micro y avión y, sin ir mucho más atrás, la gente de Tucumán Rugby debió recorrer 1.200 kilómetros sobre cuatro ruedas para llegar a La Plata en la final del año pasado del Nacional de Clubes que también organiza la UAR. ¿Por qué no podía pasar lo mismo con Buenos Aires?
Ocurre que muchas veces, si uno está distraído, no sabe si el poder lo tiene la URBA o la UAR. ¿Cómo puede entenderse que haya sido la URBA y no la UAR la que lleve a cabo una campaña de difusión con la imagen nada menos que del capitán del seleccionado? ¿Cómo puede ser que la UAR haya desaprovechado una figura tan convocante como la de Agustín Pichot para promocionar el juego en todo el país y no únicamente en Buenos Aires? ¿Cómo puede ser que la información sobre la final del Argentino, que lo organiza la UAR, haya llegado a los periodistas sólo a través de la URBA? Esto último tiene una explicación: la URBA envió a Tucumán a su jefe de prensa y la UAR lo dejó en Buenos Aires. Y las preguntas en ese tono pueden seguir.
¿Hay interés realmente desde la UAR en que el rugby amplíe su panorama? A veces, con los hechos, se permite la duda ¿Se hizo algo en serio para aprovechar un fenómeno tan impactante como el que generaron Los Pumas en el Mundial? Poco y nada. Pasaron seis meses del tercer puesto alcanzado en Francia y es como si no hubiese pasado nada. Como si nadie hubiese tomado nota. ¿Conclusiones? Hoy, más allá de algunos clubes que han recibido más chicos que en otros años, el rugby muestra peligrosos signos de estancamiento. Puede verse en los medios, con excepción de ESPN. Ningún diario nacional mandó un enviado a la final del Argentino, pasan días y días sin una línea sobre este deporte e, incluso, para algunos tuvo más relevancia el inicio del Metropolitano de hockey sobre césped que las instancias decisivas del Argentino.
En esto último, claro, también hay que reconocer que los medios siempre apuntan a lo instantáneo y exitoso, y que muchos periodistas no sólo se leen a ellos mismos, sino que se acuerdan que existe una pelota ovalada únicamente a la hora de subirse a un avión para cruzar el Atlántico o para abrochar una publicidad. Pero nada se ha hecho para modificar ese escenario. No se aprovechó en el Mundial del 99 y en este del 2007 -seguramente irrepetible- se está yendo la oportunidad, si es que ya no se fue.
Más preguntas: ¿De qué sirve una Liga Profesional o un calendario para Los Pumas si no estimula la difusión de un deporte que además tiene la particularidad de contener elementos que sirven para vivir mejor en un mundo donde cada vez se vive peor? ¿Para qué sirve un deporte para unos pocos si la génesis del rugby es que es un deporte que puede agrupar a todos, sin distinciones? Y que no se entienda esto como un problema amateurismo vs.profesionalismo. Nada que ver. Esa es una discusión que se encargaron de enterrar Los Pumas en el último Mundial. Se trata, por el contrario, de darle participación a todos los actores.
El rugby argentino todavía está a tiempo de tomar resoluciones que lo ayuden a crecer en serio. Se sabe: este es un país centralizado y el rugby no es una isla, aunque en algunos casos lo sea y aunque muchos crean que lo sea en todo. Es hora de que el Interior tenga un rol más activo para que salga del estado de queja permanente (muchas veces justificado). Para quebrar también esa tendencia viciosa de algunos de ir a Buenos Aires sólo para llevarse algo a cambio.
La realidad, esa que a veces nos golpea con tanta violencia, nos ha mostrado en los últimos días cómo este país es capaz de regresar siempre a situaciones que nos sumergen en los peores de nuestros males. El rugby puede pegarle un vistazo a ese escenario. Aún está a tiempo. Quizá evite quedar entrampado en una encerrona de discursos y piquetes.

* Fuente: Jorge Busico ( www.periodismo-rugby.com.ar )